martes, 27 de agosto de 2019

Flotar.

Estoy flotando en un mar en el que no me veo reflejado. En unas nubes inexistentes. En unas manos tímidas que no se entrelazan por miedo al qué pasará. En dos sonrisas que se quedaron mudas tras ese intenso beso que las unió. En unos rayos de sol que tímidamente interrumpen la oscuridad.  Estoy flotando en un universo infinito, en el que nuestras miradas  parecen que no tiene fin al encontrarse. Estoy flotando y ni si quiera sé dónde ni cómo lo estoy haciendo. Estoy desafiando a la vida, a sus leyes y a mí misma. Sigo flotando y sigo sin saber cuándo vas a venir a decirme que estoy flotando, que todo lo que estoy sintiendo puede ser efecto de algo más, de alguien más. Que en parte, mis actos no se realizan porque yo los provoco, sino porque sobre mí actúa una fuerza exterior que lo controla todo. Estoy flotando y no sé qué es flotar. Estoy viviendo y no sé qué es vivir.