Ya no soy la niña tonta que se creía tus palabras, ya no soy quien se avergonzaba de si misma una y otra vez, quien se hacía ilusiones por cosas que no tenían ni pies ni cabeza pero que en mi mente cobraban el mayor de los sentidos. Ya no soy quien se siente mal por ti, ni quien deja que sus inseguridades le coman la cabeza como en una partida de videojuegos. Ya no soy quien desconfía de todas y cada una de las palabras que pronuncia, ni tampoco soy la que calla cuando ve una injusticia. Ya no soy quien se guarda su opinión cuando soy libre de expresarla, ni quien se avergüenza por ser diferente. Ya no soy como queréis que sea, y quién sabe, tal vez antes, nunca he sido yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario