domingo, 10 de enero de 2016
Aficiones.
Ayer me di cuenta de mucho en apenas dos horas. Hay veces que me siento sola, esté o no rodeada de personas. Parece ser que eso da igual. Pero en el momento en el que he dedicado un poco de tiempo a mi, mi cuerpo me ha incitado a practicar música. Es una sensación parecida cuando estás aislada de todo y todos y entras en un mundo mucho más importante para ti. Te concentras como nunca antes lo habías hecho y las horas pasan como segundos silenciosos que no notas que avanzan. Todo el tiempo dedicado parece corto en comparación a tus ganas de seguir haciendo lo que tanto te gusta. Esto pasa con cualquier afición, porque a veces antes que las personas, tus aficiones, gustos, habilidades, llamale como quieras, es lo mejor que puedes hacer para cuando quieras relajarte, o simplemente introducirte en tu mundo propio, aquel en el que nunca te sentirás solo porque estarás acompañado de lo que más te gusta hacer. Y eso es algo que por principios, uno mismo, nunca lo abandonará.
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