Otra vez esa situación del pánico hacia una hoja en blanco,
hacia el mayor de los desafíos, el que te enfrenta contigo mismo y la parte más
interna de ti. Porque todo lo que dejamos ver no es realmente lo que somos, es más, la mayoría
de nosotros no sabemos ni lo que somos. Pero qué difícil saberlo y qué duro o
divertido puede ser descubrirlo. De repente un día te despiertas y no vuelves a
ver las cosas como creías haberlas recordado antes de dormir, no han sido ellas
las que han cambiado si no que las cosas se convierten en otras si se miran
desde otra perspectiva. Hacía mucho tiempo que no escribía, tal vez mi cuerpo o
mi alma no estaban preparadas para ello y no sé bien qué estoy haciendo ahora
mismo pero sólo me dejo llevar intentando inspirarme con música “ Indie” y escribiendo todas las palabras que me vienen
a la mente intentando unirlas con una cierta coherencia que no sé si tendrá
resultado. En cierta parte había olvidado la sensación de libertad que
proporciona expresar tus ideas, parece algo tan simple y tan complejo a la vez
que solo te das cuenta y lo valoras cuando en ocasiones tienes alguna idea y al
intentar plasmarla descubres que no encuentras las palabras perfectas para
ello. Se suele decir que lo perfecto no es lo ideal o lo adecuado pero cuando
te sientes realmente feliz con lo que estás haciendo encuentras la perfección
en los más sencillos errores. Aquellos
que te proporcionan la oportunidad para poder continuar escribiendo, y en
conclusión viviendo.
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