jueves, 31 de diciembre de 2015
Don.
Son esas cosas, aquellas que no te salen bien. Las que, por mucho que pongas todo tu empeño, ganas y paciencia acaban por sacarte de quicio porque no las has conseguido. Es una sensación de frustración máxima porque das todo lo bueno que hay en ti para intentar hacerlas, pero como consecuencia el resultado saca todo lo malo de tu interior. Iria, creo que ese sentimiento también aparece, cierta locura al ver la porquería que ha salido resultante. Entonces, te paras a pensar y sacas la conclusión que si todas las personas tuviéramos las mismas habilidades, no existiría el arte, ya que lo tendríamos tan incorporado en nuestras vidas que nada resultaría sorprendente ni digno de admirar. Es por esto por lo que cada persona tiene un don, y aunque parezca mentira este lo usamos para expresarnos. Única y exclusivamente para eso, para encontrar nuestra paz algunas personas la encuentran en la música, otras dibujando y otras escribiendo. Pero al fin y al cabo recurriremos a ese don para cuando nos sintamos incapaces de otras cosas y volvamos a pensar en lo que verdaderamente nos gusta hacer, y sabemos que pase lo que pase nos estará esperando ahí.
Puede que el don lo encuentres rápido, ya que sea una característica que destaque mucho en tu personalidad, pero en otros casos, habrá que buscar bien en el interior de uno mismo para preguntarse y saber qué es lo que realmente nos gusta y nos hace sentir simplemente nosotros. Porque al fin y al cabo un don es aquello con lo que emites tu ser realizando alguna acción que requiera de tus sentimientos.
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